En las últimas semanas, parece que están aflorando muchas divisiones en la comunidad LGBTQ+ local. Como hemos visto en las redes sociales, ha habido acusaciones, ataques y condenas por parte de quienes representan a distintas partes de la familia del Orgullo. Aunque nuestras respuestas y reacciones no son ideales y a veces resultan inapropiadas, ponen de manifiesto el dolor y la frustración auténticos que existen.
Recientemente he mantenido varias conversaciones sobre nuestra comunidad, las divisiones que existen y las formas en que podemos empezar a sanar juntos. El consenso abrumador es que todos nosotros, los que nos identificamos como LGBTQ+, hemos experimentado dolor, traumas y heridas al elegir vivir nuestra verdad. Ya crezcamos en una época y un lugar en los que se nos demoniza en los parlamentos, seamos abandonados por nuestros seres queridos o veamos a nuestros amigos asolados por la enfermedad, todos hemos sufrido traumas que repercuten en nuestras interacciones con los demás. También hemos experimentado la alegría y la libertad que nos da ser auténticos y expresarnos de la forma que queremos.
Como primer paso, estamos trabajando para facilitar un diálogo que empiece a sanar nuestra comunidad. Será un proceso largo, pero podemos salir fortalecidos a través de la vulnerabilidad, compartiendo nuestras historias y estando dispuestos a escuchar a otros que pueden haber causado dolor en el pasado.
En febrero celebraremos una mesa redonda a puerta cerrada con líderes de la diversa comunidad drag para hablar de algunas de estas cuestiones. Esperamos que, estando juntos, podamos llegar a comprender la experiencia de los demás participando en conversaciones difíciles. A partir de ahí, organizaremos un foro comunitario en el que los líderes hablarán de sus experiencias y darán un paso para construir una comunidad LGBTQ+ más fuerte en Indiana Central.
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